cine (354) deportes (288) musica (249) politica (138) humor (133) Venezuela (70) tecnologia (68) economia (43) documentales (28) tv (26) curiosidades (23) publicidad (16) sucesos (13) turismo (10) cortometrajes (5) España (4) libros (4) religion (4) mujeres (3) tramites (3) salud (2) teatro (2) Colombia (1)

lunes, 14 de septiembre de 2009

Orlando Viera-Blanco // Me tengo que ir...

tomado de eud.com

Nuestra tragedia es la pérdida de valores. Por eso pisotean a placer nuestra dignidad

Un amigo, me comentó: "A Venezuela lo que le hace falta es una tragedia, capaz de unirnos". Al rompe le repliqué: ¿es que acaso no vivimos una? Pero no basta padecerla, hay que redimirla. Lo que pasa es que la indiferencia diluye la peligrosidad de la amenaza y convierte el deber en desesperanza. En ese punto, vale: es hora de preparar valijas. Porque la dejadez relaja todo orden y toda posibilidad de salir del tarugo, renunciando al más puro de los derechos: el derecho a vivir y si acaso, felizmente. Nadie se solidariza oficiosamente. Son los retos los que conducen a ello.

Lo penoso es cercarse, cuando los hechos exigen otra actitud Franklin D. Roosevelt por años trató de sacar a Estados Unidos de su más profunda depresión. La crisis del 29 se prolongó irremisiblemente, amén del New Deal. La banca colapsó en 1933, obligando a Roosevelt a cerrar sus operaciones. Había que parar la grieta de liquidaciones hipotecarias. Se decretaron políticas monetarias que adoptaron el patrón oro, como respaldo de tesorería. Se lanzaron incentivos agroindustriales y de macroinversión en infraestructuras. Se enfiló toda una estrategia de seguridad social que abarcó hasta el 60% de la población. El New Deal fue calificado como el programa de mayor éxito político en la historia republicana de EEUU. El Partido Demócrata arrasó las elecciones legislativas de 1934. Sin embargo la crisis no se disipó. La instalación de un Estado mesiánico, no contenía un doloroso registro de 8.9 millones de desempleados (17%), más un débil crecimiento del PIB.

Se demostró que la miseria no une a los pueblos, los parasita. Pero el 07/12/41, un ataque nipón madrugó la base naval de Pearl Harbor, y con ello, la dignidad de un gigante dormido. Roosevelt lo calificó como el "día de la infamia" EEUU contaba sólo con 320 tanques, 1.6 millones de toneladas en navíos, 2.141 aeronaves de combate y 200 mil hombres de reserva. Aun así, declaró el estado de guerra. Tres años más tarde de conflicto (1944), EEUU pasó a tener 18.000 tanques, 17 millones de toneladas en navíos y 93.000 aeronaves. El desempleo fue borrado, con una sobrecarga de mano de obra de 18 millones de mortales, de los cuales 10 millones eran féminas enlistadas. ¿La guerra fue factor de aglutinación? No. Fue integridad el factor de redención ante una ilegítima agresión. ¿Hemos sido agredidos los venezolanos? De cara a la violencia, la incivilidad y el desenfado político, enfáticamente: sí.

¿Tenemos vocación de redimirla? Lamentablemente: no. Nuestra tragedia es la pérdida de valores. Por eso pisotean a placer nuestra dignidad ciudadana, a diferencia de otras naciones que sí se resistieron a la tiranía. "Me tengo que ir, Orlando", sentenció Andrés. 150 mil muertos no ha sido tragedia capaz de impresionarnos, menos de unirnos. No-deal. Ante la opción vivir o morir por nada, elijo lo primero; no por mí, sino por los míos, por lo poco que han vivido, y merecen vivir felizmente".

vierablanco@cantv.net

No hay comentarios.:

Publicar un comentario