Este año he estado un poco flojo para escribir las reseñas de los conciertos a los que he ido, no es que hayan sido muchos, pero si importantes en calidad.
Empecemos por el primero del año.
La banda holandesa de Death Metal (con algunos apellidos como técnico, melódico y jazz fusion) Pestilence, se presentó este 9 de febrero de 2011 en el Mouline Rouge de Caracas.
Pestilence pertenece a un selecto grupo de bandas que tomaron el Death Metal y lo llevaron a límites poco probables, siendo uno de los precursores junto a Death, Atheist y Cynic de este movimiento.
Formados por el único original de la banda, guitarristas, voz y front man Patrick Mameli. Patrick Uterwijk desde casi los inicios con la guitarra. El multifacético Jeroen Paul Thesseling con el bajo y la última adición, Yuma Van Eekelen, en la batería. Alguna vez llegaron a contar con el popular bajista dentro de la movida Tony Choy
Con esos antecedentes era de esperarse un derroche de calidad técnica esa noche y así fue. El set list se enfocó en el último disco hasta esa fecha, Resurrection Macabre el cual terminó con un silencio de la banda que duró 16 años, abriendo con Devouring Frenzy y Horror Detox, par de puñetazos con el que se presentaron sin muchos adornos, parafernalia o pintas estrambóticas, haciéndole saber al público que allí no se estaba payaseando y que venían a darse duro.
Después brincaron al primer álbum de la banda y más thrashero, Malleus Maleficarum, con Chemo Therapy. Siguiendo el orden cronológico de su trabajo, sonó The Process of Suffocation del disco Consuming Impulse, considerado por la crítica como el mejor de la banda. Después pasaron al disco Spheres con Mind Reflections. El cambio de estilo fue notorio con los anteriores por el nivel de experimentación con el jazz al que llegaron en esa época.
Posteriormente se dejaron escuchar temas como Land Of Tears y The Secrecies Of Horror de Testimony of the Ancients, volvieron al Resurrection Macabre con Hate Suicide y Resurrection Macabre y remataron con Chronic Infection y Out Of The Body del Consuming Impulse.
El set list estuvo bastante bien, balanceado considerando que el toque promocionaba al Resurrection Macabre, pero me hubiera gustado escuchar más del Testimony of the Ancients, uno de los discos más influyentes del Death Metal Técnico.
El sonido estuvo perfecto. Los músicos se comportaron al nivel, aunque a mi modo de ver, el baterista (último en unirse a la banda) no está al nivel de los otros tres, en especial muy opacado por el bajista que es un monstruo.
El público respondió dándose duro de principio a fin con un Mameli muy conversador, presentando prácticamente todos los temas antes de tocarlos.
Lo que se presenció esa noche para un reducido público fue un verdadero lujo musical solo para conocedores del buen metal.
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