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lunes, 14 de marzo de 2011

Lo normal es fallar ocasiones

por Johan Cruyff. Tomado de elperiodico.es

El Barça genera siempre muchas ocasiones de gol, pero no las materializa todas. Es normal. El gol es lo más difícil. Lo extraordinario es repetir goleadas.

Marcar un gol es lo más difícil que hay. En cualquier deporte que se juegue con las manos el tanteo siempre es alto. En el fútbol, tratándose de un juego con los pies, el tanteo será siempre corto. Y siendo como es en esencia un juego de fallos, el fútbol tiene más fallos que aciertos. Lo digo porque es del todo normal errar más ocasiones de las que se materializan. En el caso del Barça, falla mucho porque tiene muchas. Y aún así puedes acabar con tres goles marcados, cogiendo como referencia el último partido de Champions.

¿Se hubiese extrañado alguien si el marcador final del Barça-Arsenal hubiese acabado 6-1? Visto lo visto, seguramente no. Pero lo anormal hubiese sido haber acabado con ese marcador, aun creando las ocasiones para que se diera. Por eso le doy el valor que tienen las no pocas goleadas firmadas por este equipo. Porque te lleva al engaño. Porque aun haciendo muchas cosas bien, sigue siendo excepcional marcar tanto, tantas veces y durante tanto tiempo. Por eso le doy poca importancia al hecho de no materializar todo o casi todo lo que se crea de peligro. Me preocuparía si la falta de gol fuera por crear poco o nada, pero convendremos que no es el caso. Como anoche en Sevilla. Se marcó uno, se empató, sí. Pero se generó un chorro de ocasiones y los palos, es un tópico, también juegan. La suerte, a veces, también. ¿Preocupado? Para nada.

El Madrid, presionado

El Barça pasó su primera final del año y ya está en cuartos. El Madrid la tiene el miércoles. Tras un montón de años cayendo en octavos, tras hacerlo en un par de ocasiones con el propio Olympique de Lyón, las urgencias son enormes. Más allá de la historia y del palmarés, el Madrid es el favorito. Tiene futbolistas y calidad para imponerse, pero el manejo de la presión será determinante.

Para los franceses, la presión está en volver a ganar su Liga, no en eliminar al Madrid. No obstante, no hay deportista que no salga a jugarsin otra intención que la de obtener el mejor de los resultados. Visto lo visto en los dos últimos partidos de los blancos, ¿mejor sin Cristiano? Una duda para nada razonable. Todos quieren para su equipo al mejor de su plantilla. Y Cristiano es el mejor del Madrid.

¿Cómo se explica que, sin CR7, el Madrid jugara tan bien durante muchos minutos, sobre todo contra el Racing, y no pasara apuro ninguno contra el Hércules? Primero, porque el resto de sus compañeros atesoran su propia calidad. Segundo, porque Özil tiene talento y lo puso a disposición del resto. Y tercero, porque cuando tu mejor jugador no está, es público y notorio. Y es aquí donde los que sí que están saben que han de dar, todos, un puntito más.

Las dudas suelen aparecer cuando se tuercen las cosas. Ahí pasas de no echar en falta a nadie a echar en falta y mucho al que decide por si solo. Porque las cifras de Cristiano, rendimiento en mano, son espectaculares. Y esta temporada incluso más que la pasada. Es tan determinante, con sus virtudes y sus defectos, que los que le rodean le tienen tal confianza que le dan literalmente el balón y se olvidan de jugar ellos mismos. De ahí la sorpresa de lo bien que pueden jugar el día en que no está el portugués.

¿Y Cristiano? ¿Puede Cristiano jugar menos para él y más para el equipo? En plenitud de fuerzas, joven como es, se ve tan capaz de todo que, con sus características, se lanza una vez y otra al yo solo contra el mundo. En este aspecto mejorará con los años. Aprenderá dos cosas. Una, que lo que antes podía hacer cada tres minutos, luego se irá espaciando, siendo más selectivo para dosificar unas fuerzas que no siempre serán las mismas. Y dos: siendo un gran futbolista como es, aprenderá a seleccionar su posición en el campo. Él participará menos, pero lo hará más con los demás.

Aprendizaje permanente

Porque, aunque ahora pueda costarle verlo, en el fondo el que gana es el equipo, no su mejor individualidad. Si tú eres bueno, que lo eres, ganarás muchas veces, pero no ganarás siempre. Es una cuestión de adaptación que viene por la madurez. Y esta puede llegar en función de lo que quieras crecer como jugador. Si te crees que ya has llegado a tu cenit, vas mal. Un futbolista siempre puede aprender cosas. Tenga 20, tenga 30 o supere de largo esta edad. Es lo más difícil de ver y aplicar: hacer que los demás sean mejores gracias a ti, y más si ello va detrimento de tu brillantez en lo invididual.


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